Nace en 1935 en Molina, y tiene una compleja y dura infancia, ya que queda huérfano a los 5 años y debe afrontar muchas necesidades. Es adoptado por la prima de su madre, Antonia Riquelme quien fuera directora de la Escuela de Quilpoco y también alcaldesa de la comuna de Rauco.
Estudia en la Escuela Normal, y a los 21 años se traslada a la localidad de Lolol para comenzar a enseñar. Es en esta comuna donde conoce a Marta, quien sería su esposa y a quien él mismo describe como su “noviecita de siempre”. Marta también se convertiría en una de sus principales fuentes de inspiración, especialmente en su faceta de escritor, y en sus poesías reflejaría su amor por ella.
En el año 1964 vuelve a Rauco, junto con su esposa e hijos y comienza a hacer clases en la Escuela de Rauco donde impartía arte, historia, biología, matemáticas y castellano. Siempre con una actitud de constante perfeccionamiento, se dedica a estudiar y a tomar cursos de Teleduc, especialmente en las áreas de arte e historia. Su manera de enseñar es muy apreciada por sus alumnos, quienes lo recuerdan con mucho cariño. Sus clases se caracterizaban por ser lúdicas y estimulantes, lo que permitió que muchos de sus estudiantes descubrieran nuevas pasiones, sobre todo en el campo de la literatura, el arte y la historia.
Además de su faceta como profesor, su casa se convierte en un espacio comunitario, transformándose en una especie de biblioteca abierta donde acudían alumnos, exalumnos y personas en busca de orientación, especialmente por su habilidad para la redacción. Su vida no se limitaba solo a la educación, ya que también fue bombero y desempeñó un rol activo en la comunidad, participando en diversas actividades sociales. Fue dirigente del Club Deportivo Independiente de Rauco, y estuvo involucrado en la creación de la primera población en Rauco, conocida como Inocencio Correa. También desempeñó un papel importante en la organización del primer Encuentro de Payadores realizado en la comuna, promoviendo la cultura local y las tradiciones.
Su espíritu curioso y amabilidad permitieron que durante sus viajes a la cordillera o “mochileos” al sur, conociera variopinto de personas, con las que conversaba y aprendiera de las experiencias que le contaban. Por lo mismo, en su casa estuvieron numerosos personas del medio artístico y cultural como Santos Rubio, Jorge Yañez, Gonzalo Robles, Coca Guazzini, el conjunto Arak Pacha, entre otros.
En el año 2000, tras jubilar, decide emprender un nuevo capítulo de su vida junto con su esposa, viajando al sur de Chile, donde se instalan en Carelmapu. En esta comuna sureña, decide cambiar su rol de profesor por el de alumno, participando en diversos talleres y ayudando a la alfabetización de adultos, siempre comprometido con su comunidad y con el aprendizaje.
Tras 7 años, vuelve a su hogar en Rauco. A pesar de recibir varios reconocimientos por su labor como dirigente deportivo, como profesor y como exponente artístico a lo largo de su vida, siempre destacó el valor de los momentos en los que exalumnos se acercaban a él para agradecerle por haber sido una fuente de inspiración en su vida, lo que para él fue su mayor premio.
Fallece el 4 de mayo del 2019, dejando una casa llena de pinturas, dibujos en diferentes técnicas, bitácoras de sus viajes, poemas a su “noviecita de siempre” e imborrables recuerdos en el corazón de muchas personas de la comuna.
Autora: Fernanda Moreno
